Gran Vía 28, el primer rascacielos de Europa

1929

Gran Vía 28, el primer rascacielos de Europa

La CTNE se muda a la que habrá de ser su casa los siguientes 80 años, Gran Vía 28. Uno de los primeros rascacielos de Europa y un edificio emblemático de Madrid hasta hoy.

Gran Vía 28, el primer rascacielos de Europa

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En julio de 1929, la sede de la CTNE abre sus puertas en el corazón de Madrid. Solo se necesitaron tres años para poner en pie el que sería, al inaugurarse, el edificio más alto de Europa y durante 25 años, el más alto de Madrid. Con casi 90 metros de altura, 13 plantas, fachada gótica y planta de concepto industrial, el edificio diseñado y construido por el arquitecto Ignacio de Cárdenas, es una de las joyas de la arquitectura de principios del siglo XX y supuso un cambio revolucionario. Era la primera vez en España se usaba una estructura metálica (calculada en Nueva York y construida por Altos Hornos de Vizcaya) y en su construcción se empleó de forma pionera una estructura interna de hierro forjado, que permitía que no tuviera muros de carga. La sede de oficinas, en la que ya desde sus inicios trabajaban las “chicas del cable”, conectando la vida de las personas, albergaba también una central automática de telefonía con capacidad inicial para 40.000 líneas. Desde entonces, el servicio telefónico nunca ha dejado de estar operativo, incluso durante la Guerra Civil. Momento en el que, además, nuestra sede sirvió para proteger en sus sótanos a 2.000 refugiados. Tanta fue su influencia en ese momento, que en La Habana se construyó una réplica del edificio, la sede de la Compañía Cubana de Teléfonos. El edificio de Telefónica ha sido y es testigo y protagonista de nuestra historia. Y hoy, lugar de encuentro y experiencias, sigue mostrando toda la innovación y capacidad de transformación.

Edificio Gran Vía 28

España, la nación europea con un mayor porcentaje de líneas y teléfonos automáticos en su red

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Telefónica manifestaba su espíritu de servicio poniendo a España a la cabeza de la más avanzada tecnología de conmutación automática de Europa. En febrero de 1929, la prensa recogía la noticia de que España era la nación europea con un mayor porcentaje de líneas y teléfonos automáticos en su red, muy por encima de Francia y Alemania. Cuando en octubre de 1928, París ponía en servicio la primera central automática urbana con tecnología de conmutación Rotary, España podía presumir de que antes de esa fecha, la CTNE ya había instalado centrales urbanas automáticas de ese mismo tipo y soterrado los cables en cinco ciudades: Santander, Madrid, Barcelona, Málaga y Zaragoza. De hecho, en ese mismo mes de octubre, Barcelona estrenaba la mayor red automática urbana de Europa. Además, este año, tuvimos una gran oportunidad de mostrar al mundo las excelencias de nuestro servicio telefónico y dejar a España en muy buen lugar. Se dio en julio de 1929, aprovechando las dos grandes exposiciones internacionales (la Iberoamericana en Sevilla y la Universal en Barcelona), se convocó en Madrid una reunión del Consejo de la Sociedad de la Naciones, con invitados de catorce países. Hicimos un gran despliegue para que el servicio automático estuviese disponible en todos los lugares necesarios, tanto en el Palacio del Senado, lugar de reunión, como en los hoteles donde se hospedaban. Y se habilitó la planta 5ª del edificio de Gran Vía, recién concluido, para la comunicación de todos los corresponsales de prensa mundial. La difusión fue todo un éxito.

Equipo automático Oviedo

Buenos Aires, Montevideo y Sevilla, unidas por teléfono

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En 1929 la CTNE estableció su primer radioenlace propio entre América y Europa, de gran longitud, pues ponía en comunicación directa España y Argentina mediante seis canales simultáneos. La inauguración tuvo lugar el 12 de octubre de 1929, con una conferencia entre Buenos Aires, Montevideo y Sevilla, desde la central situada en el recinto de la Exposición Iberoamericana. Más allá de este acto inaugural, el nuevo servicio permitía conectar “como en una sola red” a los abonados de Telefónica con los de Unión Telefónica, de Argentina, y Cooperativa Nacional de Teléfonos, de Uruguay.

Buenos Aires, Montevideo y Sevilla, unidas por teléfono

Llega una donación única: el teléfono que hizo la primera llamada en España

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En 1929, la compañía recibe una donación única: un maravilloso teléfono modelo Gower-Bell, que pertenecía a la familia de un extremeño que hizo historia: Don Rodrigo Sánchez-Arjona. Este rico terrateniente, hombre de vanguardia, vecino de Fregenal de la Sierra, en la provincia de Badajoz, hizo la primera llamada en España, mucho antes de que la CTNE naciese, en 1880. Sánchez-Arjona, al tanto de los avances de su época, a finales del siglo XIX, adquirió en París unos teléfonos Bell. De regreso a su pueblo, y tras obtener la autorización necesaria, instaló una línea telefónica de ocho kilómetros entre su casa y su cortijo, logrando un hito histórico: la primera comunicación telefónica del país. El 27 de diciembre de 1880 pudo realizar la primera comunicación con Sevilla, algo que haría después con Cádiz con el mismo éxito. Las dos llamadas se realizaron a través del tendido telegráfico y fueros costeadas por el emprendedor extremeño. Afortunadamente uno de estos teléfonos pioneros en España, y gracias a la generosidad de sus descendientes, es parte del museo, en Gran Vía 28.

Teléfono modelo Gower-Bell, que pertenecía a la familia de un extremeño que hizo historia: Don Rodrigo Sánchez-Arjona

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